15 de mayo de 2010

Leyeron mis libros?

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hace rato

que estan terminando


de ser lo mismo.






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Meterse al cuerpo

Lo que sea
Cualquier cosa
De cualquier manera

Meterse al cuerpo de uno mismo
en la soledad

.

Pensar por la mañana

Pensar por la mañana
es un ejercicio reparador
de todos los hábitos horribles
.
lástima que los soles
se acumulen asentados
fuera de su sitio

comer
hacer basura
defecar
y fluirse

luego dormir
no es un buen momento
para inducir a la mansedumbre

comer
rumiar
cagar
y embarrarse las pezuñas

la máscara de mortal

un hoyo en la esfera
no del entendimiento

.

Tormenta de mierda en mi pieza

Se asomó una gota
y el torrente lo inundó todo
rápidamente
con excremento tibio

A una orilla estaba mi cama
casi superada por el afluente
que era el living apestando
a humano desparramado y confeso

Mis consistencias y la lluvia
mezclados cuando no había
que mezclarlos todavía no

Ayer, entre la niebla capilar
y la fibra nerviosa
en mi pieza, ya les dije
había una corriente de ramas
y pedazos de mundos fracturados
sobre mis libros que flotaban
boca arriba
pobrecitos

Quedó un mapa forzoso del desplazamiento
podrán sentir la tormenta expandida
o el canal turbio que atraviesa mi estómago
mi cerebro
mi pieza (ya les dije)
olía a humano desparramado
y confeso.

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Falta lenguaje poético

para camuflar toda esta mierda
que tengo desplazada en el cuerpo
o el canal turbio que atraviesa
mi estómago
mi cerebro



.

YO

Tenía un diálogo interior en donde hablaba
mi cabeza de inspector burócrata,
mi cabeza de coleccionista, a su vez,
le proponía abortos textuales optimistas
a mi cabeza de orador jubilado
que ya no siente gusto en vomitar
su oración matutina
Mi cuerpo y mi mente planeaban juntos
una operación de repetición
Copiar/Pegar hasta que se convenza
y finalmente respondió que sí
(aquejado, el temporal)
que me aceptaba una canción
una ronda infantil, de preferencia
que saliera de mi Cabeza de Vaca
y que la repitiera
me pidió que le pusiera mi marca
y que la repitiera, porque, claro
(para mentir de lo lindo)
y que la repitiera

nadie entiende a la primera]


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El contrato

(G. Millán)


Por mi parte a este contrato aporto
mi adorada y devoradora desdicha,
un frasco con clavos
de olor (afrodisíacos),
y el miedo a la fragilidad de todo.



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Hoy por fin

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Alquilé una habitación
(sin ventilación)
ofrecida expresamente
para una persona SOLA.

“Interesados, decía el anuncio,
hacer fila y aguardar en silencio.

Gracias”.



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el_resto/lo_perdí\hasta mi cabeza

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14 de mayo de 2010

¿Qué?

Tirso dice:
y cuando supiste que eras humano?

El tonto lírico dice:
cuando me puse a llorar y se me congelaron las manos.

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MOLESTANDO NIÑOS MUERTOS.

(Brujería-in media res)


(…) lo subimos al templo, fue justamente en esas horas, había que esconderse muy bien de la mala leche que se había derramado, habíamos dejado atrás las vestimentas coloridas para desvincularnos de las flores y de los arcoíris, habíamos despreciado sutilmente cada golpe indecente que se pronunciaba en la puerta carcomida. (La puerta de mi infancia no era.) Para embarrarnos de compañía melosa, fuimos complacientes y nos dimos sin más excusas al miedo, vimos su rajadura fresca y le acerqué mi lengua a la llaga.
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En el cerro cementerio, absorbente el temporal de llantos destapó la tumba de niños muertos a los cuales sin prisa les corrí las manos, sin escrúpulos, sólo por imaginación y resistencia: subí un montón de miembros infantiles a la carroza: como si la historia nunca hubiese terminado de caerse en las musgosas ruinas sudamericanas de la conquista, como si el arcoíris nos hubiese protegido o dejado tranquilos, cuando te querían poner de cabeza en un lugar tan pequeño, Aureliana, como si las flores pudieran sorprender a la felicidad aceitosa que me alumbraba de a poco: me convertí en una vieja tetona tratando de verte la cara.
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Fueron varios años de sombra, me dediqué a ver películas de suspenso y terror sicológico entre los lagartos venenosos del Bío Bío precolombino. Quise dominar la técnica del simulacro del miedo, aprender a componerlo, a aislarlo, a utilizarlo a mi antojo contra la humanidad.
Pero con odio arrebatado la vieja esperanza se levantó de golpe y nos miró punzante. A la tripulación entera. Imaginarás la mezcla de nudos y cuerdas vocales y perlas extraviadas en el grito que no pudo reproducirse, el desgarro que se abrazó a mi garganta rectal, el magma en la profundidad sin juicio que me trasmitiste. Me deshojé. Y en el fondo sin fondo de la quietud se levantó una planta de lluvia y más realidad que la sangre pegada por siglos a la montaña de huesos.
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Fue justamente a esas horas de claridad, demente tranquila, mismo en el charco de siempre.
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